MONUMENTOS NATURALES

 

La Red Natural del Gobierno de Aragón está compuesta por distintos Espacios Naturales Protegidos así como por parajes relevantes y singulares desde el punto de vista ecológico, paisajístico y cultural.

 

En la clasificación de Espacios Protegidos encontramos la categoría de Monumento Natural. Se trata de un espacio constituido por elementos de la gea y de la flora de notoria singularidad, rareza o belleza.

 

El Geoparque del Maestrazgo alberga cuatro Monumentos Naturales (MN): MN Puente de Fonseca, MN Grutas de Cristal de Molinos, MN Nacimiento del río Pitarque y MN Órganos de Montoro.



MN Puente de Fonseca

Cerca de Ladruñán encontramos este paraje donde el río Guadalope se encajona y discurre por el núcleo de un gran pliegue anticlinal entallado en las calizas y dolomías jurásicas que forman su núcleo. El encajamiento de los ríos en los macizos calcáreos de esta área, se vio facilitado por la existencia de un karst previo generando lo que, en términos geológicos, se conoce como valle o cañón fluvio-kárstico. El aplanamiento del relieve a finales del Cenozoico dificultó el drenaje superficial y favoreció la infiltración del agua y la consiguiente disolución de la caliza del subsuelo. El espacio natural del Puente de Fonseca es una peculiar manifestación del sistema fluvio-kárstico donde el río se divide en dos brazos y cada uno de los cuales se adentra en una galería de unos 3-4 m de altura en la roca caliza, para reaparecer unas decenas de metros aguas abajo. El conjunto está cubierto de toba, que ha crecido por la precipitación del carbonato cálcico disuelto en agua y que continúa creciendo, sobre los musgos que tapizan o penden de las paredes, bajo la acción del goteo continuo de agua que se infiltra desde el techo.

MN Grutas de Cristal de Molinos

Este Monumento Natural se formó a partir de materiales del Cretácico Superior arrasados bajo la Superficie de Erosión Fundamental que se desarrolló a finales del Cenozoico en toda la Cordillera Ibérica. La potente serie calcárea marina del Cretácico Superior, situada sobre un nivel impermeable, ha constituido una excelente materia prima para el desarrollo del karst subterráneo. El aplanamiento erosivo previo al encajamiento de la red fluvial cuaternaria facilitó, por su parte, que una parte notable de la lluvia se infiltrase en el terreno, en lugar de fluir por su superficie, provocando la disolución de las calizas en el subsuelo y excavando así las salas y galerías que componen este tipo de modelado subterráneo.

MN Nacimiento del Río Pitarque

El nacimiento del río Pitarque se caracteriza por constituir un acuífero libre. Los materiales carbonatados permeables del Cretácico Superior actúan como acuífero, almacenando el agua de lluvia que cae en superficie para después penetrar a favor de la gravedad a través de distintas fisuras hasta topar con los materiales impermeables de la Formación Arenas de Utrillas (Cretácico Inferior). Los materiales de la Facies Utrillas se hallan pues debajo del acuífero y compelen la circulación del agua hasta hacerla aflorar de nuevo en superficie, dando lugar a un gran surtidor de agua acompañado de otras surgencias de menor caudal. El río Pitarque corresponde a un régimen simple, de tipo fluvio-nival, caracterizado por dos máximos, uno en primavera y otro secundario en otoño.

MN Órganos de Montoro

Al final de su curso alto, el Guadalope recibe las aguas limpias y caudalosas de los ríos Pitarque y Palomita. El encuentro se produce en un escenario geológico singular, bajo los acordes de una sinfonía silenciosa. La obertura se inició hace 75 millones de años. En una extensa llanura de marea, en el margen del antiguo mar de Tetis, se sedimentaban capas horizontales de lodo calcáreo. Enterradas y apiladas unas sobre otras, se endurecieron hasta convertirse en una serie de delgados estratos de caliza.

Entre 40 y 50 millones de años después llegaron los pasajes más épicos. El empuje de la placa tectónica africana sobre la europea produjo el plegamiento y levantamiento de aquellos estratos, formando aquí un pliegue sinclinal cuyo eje discurre por el fondo del valle. Los compases finales de la obra se han desgranado en los últimos dos o tres millones de años. El río Guadalope ha ido encajándose y vaciando los materiales blandos que constituyen el núcleo del pliegue, dejando en resalte una soberbia muralla caliza formada por las capas verticales de su flanco oriental. Éstas han sido delicadamente cinceladas por la erosión de la lluvia y la escorrentía hasta perfilar los estilizados tubos del órgano.

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