Los chopos cabeceros son álamos o chopos negros (Populus nigra) que han sido trabajados de forma tradicional
para la producción de madera, leña y forraje en territorios deforestados generalmente por la transformación de los bosques en pastos para el ganado. Estos árboles se concentran en márgenes de los
ríos y barrancos, así como en las lindes de los campos de cultivo presentando un aspecto muy diferente al que deberían contar de forma natural.
La forma que adquieren proviene del desmoche, es decir, del corte de todas las ramas a cierta altura del tronco,
permitiendo que los nuevos brotes crezcan hasta hacerse tan grandes como las ramas anteriormente cortadas. Así, el tronco se engrosa a medida que pasan los años mientras que las ramas van
regenerándose desde su extremo entre cada período de corte. Como la parte superior del tronco (la cabeza o toza) es muy grande, reciben el nombre de cabeceros.
La poda de los chopos cabeceros se denomina escamonda o desmoche y consiste en la corta de las todas las ramas que
surgen de la cabeza del chopo. Es un trabajo de riesgo puesto que se hace en altura. De las ramas extraídas, las más grandes pueden utilizarse como vigas, manteniéndose un turno de corta de doce
años, aprovechando las ramas más pequeñas como alimento del ganado y leña.
Esta morfología genera un paisaje característico, con grandes alineaciones de árboles siguiendo los cursos de agua,
caminos o lindes entre cultivos, destacando en el entorno en el que apenas se divisan otro tipo de árboles, fruto de la presión ganadera que ha ido eliminando bosque para ganar pastos.
La extensión de esta práctica agroforestal y la representación en el paisaje de estos árboles ha derivado en la creación
del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra. Lo forman diez municipios situados en el altiplano turolense, en la zona central de la provincia. Ababuj, Aguilar del Alfambra, Allepuz,
Camarillas, Cedrillas, Galve, Gúdar, Jorcas, Monteagudo del Castillo y El Pobo comparten la tradición del trabajo del chopo cabecero. Destacan las arboledas de estos municipios, tradicionalmente
ganaderos, puesto que el Gobierno de Aragón declaró la cultura del Chopo Cabecero en el sur de Aragón como Bien de Interés Cultural Inmaterial en 2016.
En Galve destaca el conjunto de chopos de la vega del río Alfambra, en todo su recorrido por el término municipal.
Corresponde a la mayor concentración de arbolado de Galve, con ejemplares de gran porte.
Para poder observar este conjunto podemos recorrer el camino del molino hasta el parque en el que se encuentra la
reproducción del Megalosaurio y desde este punto seguir por los caminos situados junto al río hasta el parque de los Dinosaurios y el Puente Medieval.
Más información: https://parquechopocabecero.com/